
Desterrados. Caracas: Editorial Blanca Pantin.
Fiel a uno de los ejes clave de su narrativa, el exilio, Torres lo lleva esta vez al destierro, personajes que se ven expulsados de sus lugares de origen por causas diversas y llevan el fardo de esa extrañeza por el lugar perdido mientras reconstruyen sus vidas. La hoja de ruta que se inicia en Odesa (1905) sigue las
historias cruzadas de dos familias a través de Buenos Aires, París, Nueva York, Valencia y Madrid para converger en Caracas.
Los personajes se mueven con el telón de fondo de hechos históricos, elemento presente en sus anteriores novelas que aquí incorpora al tránsito de estos desterrados en una expulsión sin retorno. ¿Qué delgada línea diferencia al destierro del exilio en su narrativa? Ana Teresa responde: “Desterrados cierra el
círculo de mi narrativa, al menos de novelas. Comencé hace 35 años con El exilio del tiempo, que era una mirada al pasado y hablaba del exilio como separación temporal del país de origen. Ahora llegué al futuro, es decir, a la vivencia de una fractura irreversible que ha lesionado a millones de venezolanos, entre los cuales me cuento”.
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