De superficie, feminista; de hondura, humana: Malena de cinco mundos, por María Antonieta Flores

ana teresa torres 2000En la novela de Ana Teresa Torres titulada Malena de cinco mundos, cuya primera edición es de 1997 (Washington: Literal Books)* se entrecruzan elementos de la novela histórica junto a los de la narrativa feminista. En su estética se manifiestan trazos barrocos y románticos que sustentan la elaboración de una parodia sabrosa y, a la vez, acusadora sobre la condición de la mujer en la sociedad. Es ésta la lectura capital que ofrece esta novela cuya cadencia narrativa atrapa al lector en un encadenado lugar de ese solo tiempo que son cinco.

El ritmo narrativo y la tensión de las secuencias, puesto que no decaen, obligan a llegar al final. Pero si el deseo de culminación es imperante, el final no importa tanto como la vida, aún la narrada, para comenzarse a preguntar acerca de los sentidos ocultos en esta novela.

Al terminarla de leer, se puede dudar de las «buenas intenciones» de esta novela, de su evidente superficie. Lo más obvio es el tono feminista ¿qué es eso de que las mujeres tienen vagina y los pobres hombres pichuflines que a veces sólo llegan a lentejas? Rugirán mujeres vengadas. Además, no son las Moiras, inflexibles deidades, las que manejan el destino, son cinco señores de túnicas frías, aficionados a la música de las esferas, que atienden reclamos y se equivocan. Es obvio que esto implica un cuestionamiento acerca de la concepción del destino y el fatalismo, y también acerca del poder.

Otro aspecto a descubrir es el sentido de las voces masculinas que determinan muchas acciones, ¿sólo para decirnos que en esas épocas las mujeres no podían tener voz o para ofrecer, al mismo tiempo, un soterrado discurso de lo masculino para dar una visión integral de lo humano?

Malena de cinco mundos no se aleja de un afán de totalidad, que va más allá de lo feminista y abarca al hombre, al ser humano como víctima de un sistema, una historia y unos valores que lo desgarran.

Hay que destacar en esto, la mirada aguda, demasiado filosa, y por lo tanto cortante que disecciona nuestro 1992, nuestra sociedad venezolana de frases hechas, frívolo vacío y pulsear de símbolos de status y cultura.

La parodia e ironía parece ser consecuencia de lo melancólico. No es casual que la romántica, apasionada y melancólica Malena, presida a la irónica y postmoderna Malena que puede distanciarse del amor y vacilárselo como «proceso», pero que al final la conduce a reclamar su destino y a una muerte por amor ¿o impaciencia?

Frente a esta obra, no se puede dejar de relacionar la novela feminista con lo que Jauss ha llamado novela culinaria, renglón donde entran la narración policial, rosa, erótica. Sabemos que hay un esquema, un modelo, una estructura, que la historia va validando y reafirmando. Lo que se haga con ese esqueleto, es lo que marca la diferencia. Una voz femenina que en sus acciones no deja de ofrecer una o varias tesis donde se deja en claro que la situación de la mujer, tanto en lo íntimo como en lo público y lo histórico, ha sido y es marcada por la represión de una sociedad falocrática y patriarcalista, es lo común a lo que se ha llamado novela feminista. La voz de la víctima es la que elabora el discurso, toma la voz que ha estado siempre en manos de los detentadores del poder, y, de esta forma, se emparenta con el discurso de denuncia. Pero, cuando esquema, estructura, combinación de las partes, han sido desarmadas y mostradas, es fácil y previsible que se caiga en el modelo estereotipado.

Considerando esto, se puede señalar que de las varias lecturas que puede ofrecerMalena de cinco mundos, surge fácil la que tiene que ver con el discurso feminista -discurso sin rodeos, claramente enunciado-, aunque la combinación de los elementos ha hecho que escape del estereotipo.

De las estrategias retóricas y de composición, de las argucias de la mirada del narrador para romper con los esquemas, parece importante la ruptura con la simetría y el contrapunteo esperado entre el presente y los pasados, que esa vida del siglo XIII no contada, rompe con las presuposiciones del lector. La reencarnación como uno de los tópicos centrales, sugiere otra cosa: que una mujer de la época actual, a lo largo de su vida puede pasearse tranquilamente por más de veinte siglos de más de lo mismo, de más de la opresión y la frustración, de la imposibilidad. Una situación actual remite, ineluctablemente, a un pasado no superado.

Si el episodio central de la postmo Malena, se sostiene por sí solo como historia, la inclusión de los Señores del Destino, la reencarnación, las cinco vidas, orientan hacia otros sentidos que van más allá de la sola anécdota y que el lector irá encontrando en este tejido histórico de lo humano y lo femenino.


*Malena de cinco mundos, con dos ediciones nacionales agotadas, circula de nuevo esta vez bajo la modalidad de edición por demanda que su editora Blanca Pantin se propone reimprimir en breve. Los ejemplares pueden ser reservados a través del correo electrónico: fanor@telcel.net.ve

 

Esta es una versión revisada de la reseña «Del «pichuflín» a la lenteja o de los sentidos ocultos», El Globo. 23-06-98. p. 38

Publicado en El Cautivo