Dos novelas: El exilio del tiempo y Me abrazo tan largamente, Mérida: El otro, el mismo, 2005.
Di curso a un deseo siempre latente: recuperar la versión original de 1984; esa versión que produje en una máquina Hermes, y que no por azar conservé, contiene pasajes que no aparecen en la publicada en 1990. La razón es que yo misma la recorté atendiendo inútiles recomendaciones de alguna famosa agente literaria. Para los antiguos lectores quedará la opción de saltarse lo añadido o de juzgar si la preferían como entonces; para los nuevos será, simplemente, una novela. Para mí permite cerrar un ciclo.
Sucedió también que después de haber enfáticamente enterrado a los personajes de El exilio del tiempo la ocurrencia de de una situación relatable se me impuso exigiéndoles una reaparición que escribí en 1996. Pudiera haber sido un relato independiente pero bastante incomprensible para quien no tuviera previas noticias de los protagonistas, así que después de atormentadoras revisiones y dudas llegué a la conclusión de que el mejor lugar para la novela breve Me abrazó tan largamente era ser acompañante de aquella que le dio origen.
Puede leer:
Dos novelas Parte IV- Me abrazó tan largamente
Sobre Dos novelas
- La novela, un vértigo de páginas blancas, por Rodrigo Blanco Calderón (Papel literario, 18/06/2005)
- Me abrazó tan largamente, por Manuel Cabesa (El periodiquito, 2007)
